La Revolución
de las Madres.
A 102 días
de resistencia cívica en contra del régimen de Daniel Ortega, Rosario Murillo presidente
y vice presidenta de Nicaragua por medio de reelecciones y fraudes electorales,
golpes a la Constitución Política para la legalización de sus crímenes y robos
al tesoro nacional, la ayuda extranjera y saqueo de instituciones del Estado y
el seguro social. Los jóvenes nos encontramos en peligro.
Hemos dejado
nuestras casas, a nuestras madres llorando y con incertidumbre sobre nuestro
paradero, por ahí andamos, huyendo de nuestras ciudades y pueblos natales. En donde
comenzamos las primeras protestas en búsqueda de la exigencia del respeto a la
madre naturaleza y el seguro social de nuestros ancianitos a quienes pretendían
dejar desamparados. Pero bueno, no voy a alargarme más en lo que fue la
coyuntura desatadora de la movilización y rechazo por que la sabemos.
El
desplazamiento forzado jóvenes es una realidad en Nicaragua, hoy 30 de julio
del 2018 en alguna ciudad de Nicaragua, bajo la protección de una madre
desconocida que nos acoge y nos alimenta. Somos 6 jóvenes de Matagalpa haciendo
un llamado de ayuda emergente ante la situación de persecución en la que nos
encontramos, la mayoría apoyaba el puesto médico en donde atendían a toda aquella
persona herida independientemente de su postura en defensa o ataque en contra
de los universitarios movilizados.
Hemos cambiado
de casas muchas veces, ya la ayuda en lo interno del país ha desaparecido, estamos
pensando en cruzar ilegal una de las fronteras, muchos ya lo han hecho, tenemos
miedo, lloramos a diario. Pero, debemos de hacer algo pronto para ponernos a
salvo. Porque en el mejor de los casos quedaríamos presos o torturados en el
chipote (la cárcel de tortura en Nicaragua) o si no, la muerte.
Si alguien
me lee, solicito ayuda, para mí y mis amigos espontáneos de lucha a quienes
logré reencontrarme de Matagalpa.
A todos se
nos acusan de cargos serios y distintas formas según su nivel de involucración o
exposición durante los actos de protesta. El día 29 de julio han salido fotografías
de dos de nosotros que hemos sido activistas promotores y defensores de Derechos
Humanos de siempre y universitarios.
En esta
jornada de exilio, hemos aguantado hambre, frío y muchos dolores de espalda en
medio de la ayuda escasa dependiendo de las posibilidades que nos han brindado
a las que he denominado “Las madres de todos”.
Esas señoras
que en medio de sus nervios y llantos buscan como protegernos, alimentarnos
alterando sus dinámicas de vida por la única razón de mantenernos a salvo de la
persecución estatal por medio de la policía y grupo delincuenciales a quienes
han armado y vestido de policías. Esos mismos grupos que han asesinado a más de
400 personas en la jornada de protesta y exigencia de entrega del poder a
Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Las madres
de todos” ha sido una jornada para las mujeres muy agotadora y fuerte
emocionalmente en donde visualizan a cada chavala y chavalo como suyo. En las
noches oramos, nos abrazan, nos exigen que nos alimentemos y que permanezcamos
alertas en búsqueda del camino a continuar. Están claras que debemos de salir
del país, no es seguro ser joven de nuevo en Nicaragua. Como la historia que leí,
escuché de mi familia para los tiempos de Somoza.
Aquí seguimos,
esperando el momento indicado para pasar las fronteras del norte, en medio de
esta selva gigante y tenebrosa, calculando no encontrarnos con narcotraficantes
u otra persona que nos haga daño.
¡Es que
estamos con miedo!
Por eso no
hemos salido, el miedo nos tiene paralizados y la mayoría de nosotras ni
siquiera habían salido de Matagalpa y ahora debemos de salir del país en una situación
extremadamente peligrosa.
Seguro somos
miles en esta situación, por eso pido ayuda.
¡Ayuda a la
comunidad internacional! ¡Ayuda a los países hermanos! que se han pronunciado
en contra del régimen de Ortega y Murillo. A que abran las puertas de sus
embajadas en Costa Rica, El Salvador y Honduras para que podamos acudir y
recibir su ayuda más allá de pronunciamientos y proceso burocrático,
pronunciamientos contundentes y procedimientos lentos y con desaliento para
quienes perderemos nuestras vidas.
¡Me siento desprotegido!
¡Me siento huérfano! Ante el abandono de quienes les cuesta desapegarse de sus
fondos monetarios. Sin embargo, agradecidos de amigos que en sus condiciones de
necesidad precariedad han podido comunicarse conmigo por medio de “Las madres
de todos” para hace llegar la ayuda a como sea. Ayuda valiosa que nos ha
mantenido vivos y despiertos. Sin embargo, nos hace falta el último paso, salir
del país y sobrevivir en otro mientras se soluciona esta situación.
El poder
haber escrito esto, me ha desahogado un poco. La ansiedad, el miedo y la frustración
por hoy. Espero poder seguir contando lo que pase, poder escribirles así de
informal sin respeto de puntuación o escritura “correcta” solo quiero
desahogarme, agradecer a “las madres de todos” por tan lindo, humano y amoroso
gesto. Que nos sirva para encontrar esa ayuda de poder sacar protegido a este
grupo, a salvo y que puedan vivir tranquilos mientras esta situación se
controla.
Recuerden mi
llamado de ¡Ayuda!
Bayardo
Siles
sistdenmt@gmail.com
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