Los desafíos de las víctimas de violencia sexual en Nicaragua.
Cuando se presentan
circunstancias de abuso, los cuerpos son lastimados y la psique es alterada. Las personas víctimas
de violencia sexual son usadas como arma de guerra por los opresores para
intimidar a los grupos opositores que protestan pacíficamente contra proyectos
económicos y planes políticos.
Como explica Amnistía Internacional, la violencia sexual se ha perpetrado como un acto final de
humillación al contrario vencido, a veces como una estrategia de terror
impuesta a poblaciones civiles para crear mayor caos en medio de un conflicto.
Y añade que esta forma de violencia “puede afectar a hombres, mujeres, niñas,
niños y/o adolescentes”.
La presencia de Ortega en el poder significó un progresivo
desmantelamiento de la institucionalidad democrática y el Estado de Derecho.
Esto ha provocado mayores índices de protestas sociales. Dentro de esas filas
de la resistencia estamos activistas LGBTIQ+, quienes fuimos capturados y
sometidos a violencia sexual contra nuestros cuerpos y mentes. Nos obligaron a
desnudarnos, sufrimos tocamientos, entre otras agresiones sexuales. Todo esto
ocurrió en el conocido Auxilio Judicial “El Chipote”, una cárcel designada para
el reclutamiento de encarcelados políticos en Managua, la capital de Nicaragua.
La crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde 2018 ya
muestra casos de violencia sexual como crimen de lesa humanidad bajo el régimen
autoritario. La única experiencia conocida hasta el momento recoge 18 testimonios de víctimas de violencia sexual que permanecieron
detenidos arbitrariamente, por funcionarios oficiales del Estado. A esa
realidad, se suma también mi testimonio en medios de comunicación, que cuenta
con la respectiva denuncia en los organismos de justicia internacional (Univisión 23, 2018).
Esta dolorosa realidad quedó plasmada en el Informe que trabajó la
Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano de Costa Rica, en el 2018. Justamente,
ese año hubo una oleada de nicaragüenses a territorio costarricense que buscaban
amparo a raíz de un nuevo episodio de represión. La Fundación, al recoger los
testimonios, pudo evidenciar los casos de violencia sexual. Al realizarse el peritaje
psicosocial, este concluye que, para las víctimas, la tortura y la tortura
sexual no son hechos que se encuentran en el pasado, sino que se actualizan a
través de reexperimentación traumática, produciendo un sufrimiento actual, que
afecta todos los ámbitos de su vida.
En estos esfuerzos por continuar posicionados contra las injusticias,
observo que también hay desafíos cuando las víctimas de abusos sexuales
regresan a las filas organizativas del activismo. En muchos casos, ellas y
ellos cuentan que viven situaciones excluyentes y violentas, un hecho que
genera divisiones internas, rivalidades y conflictos. Eso se debe a que las
organizaciones no cuentan con suficiente apoyo psicológico o que existe poca
empatía de las y los compañeros del grupo organizativo para atender a las
víctimas.
Por esta y otras razones, todas las personas activistas y
defensores de derechos humanos debemos analizar de manera responsable las
acciones de acompañamiento y atención que ayuden a sanar a quienes han sido
víctimas de violencia sexual. Estas personas enfrentan retos constantes, por
ejemplo, la ausencia de justicia restaurativa, procesos judiciales lentos y
burocráticos, así como la falta de recursos económicos. Las personas
violentadas lo que menos esperan es quedar victimizadas también por el abandono
de sus propias organizaciones en sus demandas ante la comunidad internacional
por delitos de lesa humanidad.
Considerando estas realidades, la planificación de las
acciones de resistencia no violentas de manera integral debe tener en cuenta
los riesgos y contar con un eje transversal en lo psicosocial. Las personas
víctimas de tortura sexual cargan con el gran reto de mantener la visión y
misión de la protesta pacífica, incluso cuando sus heridas y recuerdos no hayan
sido aún subsanados. Entonces, al no acompañarlas o atenderlas, se corre el
riesgo de perder aliados frente a los propósitos de la resistencia pacífica. De
hecho, los sentimientos de abandono y deslealtad debilitan los planes de
incidencia de grupos que apuestan por la resistencia no violenta, lo que
incluso puede dar pie al surgimiento de nuevos protagonistas de dictaduras
futuras, carentes de una oposición fortalecida.
A modo de conclusión, quiero ofrecer las siguientes
reflexiones:
1.
Atender integralmente a las víctimas de abuso sexual es hablar de
Derechos Humanos.
2.
Dentro de los grupos de movilización y resistencia también existe una
cultura de silencio y estigma acerca del abuso sexual. Esta actúa de dos
maneras: por censura social, que cuestiona la credibilidad de los abusos por
miedo y celo al liderazgo que rodea a una víctima de abuso y tortura sexual; y,
por vergüenza y autocensura para evitar que la víctima termine excluida de la
organización. Ambos mecanismos contribuyen a la impunidad.
3.
No programar acciones de contención, acompañamiento, auxilios
psicológicos, ni gestionar recursos para la atención adecuada de los miembros
de organizaciones que han sufrido abuso y/o violencia sexual, transmite un
mensaje peligroso sobre la vigencia de la tortura como mecanismo para obtener
confesiones.
4.
Al interior de las organizaciones, toda forma de exclusión de las
personas víctimas de violencia sexual, sea ejecutada por hombres o mujeres, es
una demostración patriarcal y de masculinidad hegemónica.
Finalmente, creo que es necesario indicar que una reparación
integral cruza también por no usar nuestros cuerpos y vidas para que ciertas
organizaciones solo busquen financiamiento y luego nos olvidan cuando los
proyectos concluyen. Hago un llamado a la ética y la responsabilidad.
Demos el paso a la acción.
La acción no violenta.
Activista LGBTIQ+ de Nicaragua, sobreviviente de tortura
sexual y excarcelado político de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario
Murillo. Estudiante expulsado de la carrera de Trabajo Social de la Universidad
Nacional Autónoma de Nicaragua. Actualmente, exiliado en Costa Rica.
@bayardosiles #BayardoSiles #bayardosiles
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