Mi estancia en el vacío.
Parafraseando a la
“El sentimiento de vacío para la mayoría, se trata de un
problema puntual, un estado concreto de apatía que se produce, generalmente,
tras algún acontecimiento más o menos trau
mático, para desaparecer al poco
tiempo o diluirse con el paso de la actividad cotidiana.
En algunas ocasiones el sentimiento de vacío se enquista en
lo más hondo de la persona y se convierte en una fuente de angustia constante,
de conflicto interior. Todo esto conlleva una pérdida generalizada de la motivación
que interfiere en todos los ámbitos de la vida, genera dificultades de
expresión emocional, en mayor o menor grado, y una desconexión con el contexto social
e interpersonal.”
En mi caso he utilizado la estrategia de romantizar la
soledad y el discurso básico repetitivo sobre “estoy sanándome, estoy priorizándome”
observando videos cortos de una aplicación que habla de salud mental sin
responsabilidad y conciencia de como abre las heridas de personas como yo, que
en un esfuerzo más por encontrar una razón por la cuál vivir caemos en el
vacío.
Reducir las relaciones sociales, apagando la comunicación con
familiares, conocidos, instalando brechas a quienes intentan acercarse para conseguir
amistad. Todo por el miedo de no dejarse lastimar o agredir a quien solo anda
tratando de vivir.
Pero… ¿Cómo se soluciono esto?
Primero, debo de aceptar que me encuentro en un “estado de vacío”.
Aceptar que este es el resultado de los daños colaterales de
una vida reciente que ha sido traumática. Es posible que me ayude a diluir mi
predisposición a conectar con los otros seres humanos, sin embargo, creo que
poseo un largo camino de poder comprender la maldad innata de hombres y mujeres
aceptando que también poseemos instintos animales e irracionalidad.
Me decepciono muy rápido de las relaciones de amistad que
intento entablar. Porque, cuando estoy en frente de una persona a la cuál llevo
un tiempo conociéndola en el inmenso esfuerzo por darme una oportunidad, mi
interés puede desaparecer de la noche a la mañana y me alejo sin darle
explicaciones porque si las diera podría agredirla. Esto pasa cuando conozco a
seres humanos apáticos al entorno social, con aires de superioridad por
parámetros establecidos por la sociedad consumista, machista, racial y la heteronorma.
No encuentro la razón por la cuál “convertirme en alguien” quien
adquiere valor por los títulos obtenidos o el dinero en mi cuenta bancaria. Es
clave frente a mi preguntarme si tengo una profesión o que el entorno me encause
a decirlo para poder posicionarme como un ser humano aceptable en un circulo
social. Porque, inmediatamente experimento la sensación de cosificación en la
que una vez más en esta vida me sentiré utilizado para servir a los placeres,
necesidades y ambiciones de un futuro traidor que me consumirá y se alejará.
No siendo cruel en mi estado de frustración:
Puedo comprarme cosas y me da placer destruirlas. Es como un
acto de choque emocional y liberador del peso de sentirme acompañado incluso de
cosas materiales. Culmino gritando en mi interior que no quiero dejar nada incomodidades
nadie. Que nadie pueda decir que fui una carga, un estorbo. Creo, que prefiero
ser siempre ese apartado no merecedor de nada.
Abrazando la memoria en donde se estructuró el trastorno:
Si, siento que no merezco nada y le encuentro sentido a
regalos elaborados por las manos de quien me obsequia algo. Porque yo, encontré
felicidad en mi niñez en la escasez y se repite en mi cabeza el acto amoroso de
mi mamá, hermanas y hermanos arreglando un árbol de navidad con figuras de
papel, y de cena en esa noche un pan con una salchicha jugando a “la venta de
hot dog” para disminuir el sentimiento de pobreza.
Yo siendo el más pequeño y con apenas cinco años comprendía
mejor que mis hermanas y hermanos mayores que habíamos nacido pobres, con una
madre soltera e ignorante que en su misión de vida tenía solo el objetivo
conseguir alimento y un padre culpable de mi vacío al irse y abandonarnos.
Apareciendo solo para recibir halagos de sus hijos quienes si podían expresar
su necesidad afectiva obteniendo migajas en sus visitas esporádicas.
Aceptando la sanación temporal:
Y lloro…
Celebrar el ejercicio:
Y me voy a descansar agradeciendo la capacidad de
autogestionarme.
Bayardo Siles.
Bibliografía
Revista Mentes Abiertas Psicología. (s.f.). EL
sentimiento de Soledad. Obtenido de Revista Mentes Abiertas Psicología:
https://www.mentesabiertaspsicologia.com/tratamiento/otros-problemas/emociones/el-sentimiento-de-vacio-que-es-y-como-tratarlo