martes, 9 de junio de 2015

Por Segunda Ves lo Viví.


En la Manhattan de Centro América. 





E
l amor es un sentimiento relacionado con el afecto y el apego,  resultante y productor de una serie de actitudes, emociones y experiencias. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano. También puede describirse como acciones dirigidas hacia otras personas (O hacia uno mismo/a) y basadas en el afecto[1]

En esta ocasión, compartiré una de las mejores experiencias que he tenido relacionadas al “amor” y como mis relaciones anteriores: afecto, amorosa y sexual con otras personas contribuyeron a que pudiese enfrentar el periodo de fractura de mi última experiencia por una situación de fuerza mayor y ponerle nombre a esas emociones que te hacen decaer si te lo permitís.

Mi intención no es re victimizar el asunto, lo haré protegiendo a mi corazón; porque no es mi intención sufrir en esta vida. No es mi intención que otras personas se identifiquen con esta experiencia y se sientan tristes.

Más bien veámoslo desde la alegría y los suspiros de gozo, por  recordar.

“Ya son dos veces que siento la intensidad incontrolable del amor, son dos veces que lo he dejado entrar y permitirme otorgar tiempo de mi vida a otras personas, son dos veces que he llorado como cuando era un niño con sus berrinches[2]

El 18 septiembre del 2014, yo viajaba desde Matagalpa hacia Managua con mucho sueño por la fiestecita  de mi cumpleaños. Me dirigía a un encuentro de jóvenes, yo sabía que iba a ser genial. Presentía que algo importante pasaría, además de tener muchas ansias de conocer a la escritora María López Vijil.

Resulta que en el momento de la inscripción en el evento, había alguien quien con su mirada característica (Invasiva) me observaba desde la cabeza a la punta de los pies. Simpático, con una sonrisa que combina misterio, ternura y morbo. Mirada a la cual no correspondí, por que casi no soy bueno teniendo contacto visual, pero si lo capte y deje que fluyera todo.

Me acerque más tarde, y le dije:

 ¿Me regalas un cigarro?

Nos sentamos a la orilla de la piscina, encendimos los cigarros e inhale el primer sorbo, con cara coqueta-Sarcástica. Inicie a preguntar datos básicos: Nombres, apellidos, ciudad, edad. De igual manera me iba presentando poco a poco. El primer cigarro del día se terminó y hasta ahí dejamos la conversación por los momentos.
Regrese al salón en donde se desarrollaban las conferencias del encuentro, pero regresaba con una sensación diferente en mi estomago y una sonrisa de éxito.

Éxito porque identifique que esa persona me gustaba, que después de tanto tiempo.

¡Por fin alguien me gustaba!


A eso de las 7:00 pm, estaba acostado y recordé que estaba perdiendo el tiempo y que tenía que buscarlo para platicar y saber más sobre esta persona. Ya había averiguado donde quedaba su cuarto y que lugares frecuentaba mas, dentro de las instalaciones del hotel.

Resulta que se mantenía en la segunda piscina que quedaba cerca del Gimnasio. Y decidí ir a hacer ejercicios, con muchas ganas de verlo y deseando que estuviese ahí.
Pasé casi 2 horas esperando a que se apareciera y así fué. Cuando ya se me estaban terminando mis energías de tanto hacer ejercicio y esperar, apareció con sus cigarros. 

Esos cigarros siempre fueron la mejor escusa para acercarme y saber más de él.

En esta segunda ocasión, hablamos sobre cosas más intimas. Hablamos sobre su ex, su nueva relación, el estado emocional y de aceptación de su familia. Si ya sabían o no.
Entramos en confianza, ya de una manera más relajada. Directamente sin rodeos nos sentimos cómodos, como para proponernos ir a ver televisión a mi cuarto. El cual lo compartía con 2 amigos más.

En esta ocasión estaba conociendo a alguien con quien me sentía relajado, con alguien quien a primera impresión me hizo despertar la sensación de ternura.

Cuando veíamos televisión, mis compas de cuarto asumieron que yo intentaba tener sexo con él y poco a poco y muy discretamente se retiraron  para dejarnos solos.

“Ese momento se convirtió, en el momento decisivo para que hoy la misma vida nos esté dando una buena lección sobre el amor”.

Entre películas, videos musicales, novelas, etc. Se nos iba el tiempo y el acercamiento se convertía en físico; yo adore sus manos, las tome e hice que se acercara a mí para darle un beso y lo aceptó.

Se sintió la química entre los dos, desde ese primer beso se sentía perfecta la situación y el encuentro. Entre besos, abrazos, roses; su cuerpo comenzaba a quedar al descubierto y yo detuve el momento.

Lo detuve, por que para ese tiempo me encontraba muy mal de salud y gasté las únicas energías que andaba para ir al gimnasio y soportar el dolor que tenía en el área del abdomen a consecuencia de problemas de digestión y que meritaba cirugía, la cual estaba programada días después del encuentro.

Para entenderse mejor, no tuvimos relaciones sexuales. Sin embargo, le invite a que durmiera con migo esa noche. Pero no aceptó, seguramente (Por qué ronca) :D  y le causaba pena.

El día siguiente en el encuentro…

Se integra una persona al evento (mi ex pareja) quien por sus características “atractivas” siempre me interesó. Esa persona se acercó con la intención de rescatar la posibilidad de estar con migo sexualmente, sin embargo no accedí. Me gustaba la idea de volver a verlo aunque nuestra situación estuviera un poco quebrantada. Durante ese día no mire al chico que me cautivó, estaba más atento a la nueva visita.

Durante transcurría el día,  hablando con este individuo, yo recordaba las miles de cosas que hicieron alejarme de él. Así que me aparté y dediqué tiempo para medicinarme y  compartir con mis amigos.

En el tercer día, platicamos más. Convivimos más pero con bastante tacto, y solo en espacios privados (siempre arriesgados),  el me besaba.
Era divertido, era emocionante y era excitante. Me divertía y la estábamos pasando bien.

Era perfecto.

Se ha llegado el momento en el que el evento culminaría, yo estaba emocionado por estar con él, en la fiesta de despedida. Había cerveza, vino blanco, negro, ron; había de todo.

Deje a un lado el dolor, decidí ir a esa fiesta de despedida.

Al salir del cuarto, caminaba hacia el salón principal y me encontré al chico. Un poco despistado e indiferente con migo.

¿Saben porque?

Porque iba con otro chavalo[3] para su cuarto, con actitud obviamente de intenciones sexuales y fue como si me hubiesen echado un balde con agua fría encima.

Me sentí tan novato. Asumo que iba a tener relaciones sexuales con esta persona, porque esa persona (que iba con él) me había confesado que haría  lo imposible para estar con él. Situación por la cual no debía haberme enojado ya que solamente era un conocido.

Tanto como, su capacidad rápida de interacción sexual con otras personas y su relación “Formal”  con su pareja que lo esperaba en su ciudad de origen, me daban la tranquilidad de replantearme lo que implicaba intentar algo más con este joven.

Ahí no había futuro de nada seguro, sin embargo me caía muy bien y me gustaba. 

Pero durante la noche de la fiesta, decidí cortar mis ganas de verlo. Me sentía molesto, y busque a mi ex compañero el cual en medio de los tragos se miraba más sensual de lo que es y recordé el morbo que me provocaba estar con él en una cama.

No me importo andar con medicamento y me tome dos botellas de vino, me le acerque y me lo lleve al cuarto, más una botella de vino para tomármelo con él. En medio del mareo, las malas coordinaciones por efectos del alcohol. Olvide que estaba enfermo, pero así tuvimos relaciones sexuales.

Luego regresamos a la fiesta, y él chico miró a  mi ex que salía del cuarto, el cual coqueteaba con otra persona y acababa de estar con migo. Mas decepcionado e ilusamente me sentía frustrado, decidí irme a acostar.

Era un enredo toda esta situación, aunque el otro me vio saliendo del cuarto con mi ex, durante la noche fué a buscarme queriendo dar explicaciones sobre la mala acción de ligar con varias personas a la vez. De alguna manera me disculpe también y se nos hizo fácil conllevar esa primera situación.

Esa noche se quedó a dormir con migo.

Primera vez que el dormía con alguien consintiendo, compartiendo tiernamente.

Durante la noche asumí que mi ex no regresaría al cuarto y se quedaría en otro lado  por sus características de indiferencia ante todo, pero no fue así.

Tocó la puerta y mis compañeros abrieron y el con una vos fuerte pregunto: ¿Qué se hizo? Y entró, me miró en la cama con el chico a quien conocí en esa actividad, solo dio la vuelta y se fué.

Dormí con toda tranquilidad y acompañado. No paso a más, solo fue una dormida.
Al día siguiente, todo mundo se regresaba a sus ciudades de origen. Y él se levantó temprano  y se fué. Fue una despedida rápida, superficial…

Pero bueno, llego el momento en el que tenía que salir del hotel y regresar a mi ciudad, y a última hora se apareció mi ex a besarme casi a la fuerza, dió la vuelta para no volver a saber nada de él hasta el día hoy.

Esta fue la manera en que te conocí…

Y seguimos en contacto.

Seguimos en contacto como unos buenos brotheres, ya que él tenía una relación y mi posición siempre fue respetar las relaciones.

Han pasado 4 meses en el que nuestras pláticas solo eran cualquier banalidad, pero siempre pendientes de nosotros, yo siempre estuve pendiente. Mientras él vivía su relación.

Resulta que dentro del activismo que realizo en la promoción y defensa de Derechos Humanos, iniciamos un proceso de organizar una Red Nacional de jóvenes defensores. Una de las sedes era la ciudad vecina de “Estelí” en donde vive mi amigo, quien conocí en el encuentro de jóvenes.

Se me ocurrió integrarlo con la intención de que aprenda, se empodere y verlo nuevamente. Se lo propuse y aceptó. Aceptó felizmente y más porque sería la escusa perfecta para poder vernos.

Es aquí, donde inicia una hermosa experiencia…

Una de las primeras reuniones la realizamos en la capital y el quedó convocado para asistir. Créanme que moría de las ganas por verlo, quería que el tiempo pasara lo más rápido y amaneciera. Después de 4 meses que anhelaba eso.

Nuevamente las miradas eran inevitables, las ganas de estar cerca nos ganaban…

Decidimos que al terminar la reunión iríamos a tomar algo a uno de los bares del Puerto “Salvador  Allende”  y en medio de tantas risas, locuras y más cervezas, nos besamos.

Nos envolvió un éxtasis increíble, tanto así que nos embriagamos; gastando tanto dinero que no nos quedó para rentar un hotel. Porque nos había dejado el último bus.
Nos fuimos a una disco a continuar con la alegría de nuestro reencuentro.

Experiencias como estas se repitieron…

Creo que las locuras que hemos hecho son las que nos conectaron y fortalecieron ese vínculo entre los dos.

Todo marchaba bien, y de repente hubo una filtración de información la cual a mi me causó una sensación de esperanza,  alegría y optimismo.

Me contó que su novio se había ido fuera del país, y que había terminado la relación por un montón de situaciones relacionadas al no respetar su espacio (los celos)  por lo coqueto que es y aceptémoslo, se pasa de coqueto.

Alomejor lo hizo por llevar lo nuestro al próximo nivel. Algo quería, lástima que hasta ahorita lo capto.

Para mí:

Fue  una de las mejores noticias que me han dado, decidí involucrarme más…

En ese quinto mes iniciaron los detalles y la diversión, iba acompañada de una cuota más alta de morbo.

Era tan notable en todos los espacios en donde nos encontrábamos, que la atracción era obvia y desenfrenada.

Uno de nuestros amigos organizó una reunión ficticia en Estelí y me invitó a que fuera a apoyarlo en la logística y persuasión de las personas que necesitábamos captar para la Red.

Resultó que era un encuentro organizado por él para mi, y pues ya estando allá, mas el contexto de libertad en la que se encontraba Sr. Rubio. Me dije, hoy será esa noche.
El señor Rubio debe de ser mío por esta noche.

Me involucre mas allá de la amistad, el deseo nos ganó…

 Tuvimos un encuentro sexual, el cual hizo que complementáramos esa relación que nos pedía a gritos hacer el “amor”, solamente estábamos dejándolo fluir. Nunca nos dijimos si teníamos algo o no.

En eso nos parecemos mucho, posiblemente. Tras muchísimas conversaciones sobre la pasión, el afecto, el cariño y la libertad en el amor. Considerábamos sano y divertido ser los “No novios” una relación que nos permitiera querernos sin ataduras, sin control, sin conflicto con terceros por si aparecían o re-aparecieran.

Consideraba que ese fin de semana en la vecina ciudad de Estelí, todo debería de quedar claro por nuestra estabilidad emocional. Que lo nuestro no tiene nombre y apellido, mas desde mi experiencia y lo aprendido en mis relaciones anteriores que se convirtieron en un calvario por andar de enamoradizo.

Ese domingo la pasamos juntos, y se sentía tan fuerte la necesidad de estar casi pegados siempre, me subí al taxi con él. Me dejo en la terminal de buses y regresé.

Cada una de esas miradas de ternura y sufrimiento por separarnos me enamoraba, era duro decirle adiós.

Hablábamos todo el día,  por medio de whatsapp me compartía a cada rato fotos con besos, besos y más besos. Era un #Ternurita, siempre atento de lo que hacía y planeando cada fin de semana para vernos.

Queríamos que el tiempo pasara tan rápido y que las semanas no existieran…

Conoció a mi familia.

¿Habrá sido un error presentarle a mi familia?

Mi familia tras muchísimos procesos de sensibilización y conciencia sobre mis preferencias y estilo de vida la cual ya la conocen en este blogs, pues es muy abierta con la capacidad de no diferenciar el afecto y amor que se vive entre las personas heterosexuales y las homosexuales.

Es el mismo amor, son las mismas sensaciones y como hijo tengo el derecho de convivir y mi familia de saber lo que estoy haciendo.

En la visita de él a Matagalpa, que además de vernos teníamos una actividad que atender. Nos fuimos a buscar un café y platicar, queríamos saciar esa necesidad de vernos, olernos y anhelarnos visualmente.

Eso del café, es mentira. Siempre tomábamos una cervecita, las cual combinada con el éxtasis de el apego. Terminábamos tomando bastante, además nuestro jefe tomaría también, y necesitábamos gasolina para esperar lo que se venía.

Terminamos en un Bar & Lounge en la zona viva de Matagalpa, con nuestro jefe y una amiga extranjera, madura y madre de dos hijos. Quien quedó anonadada de la capacidad con la que Rubio y yo nos transmitíamos cariño, sea el lugar que sea.

Entre más cerveza, risas y lo bien que estábamos pasando nos mareamos, y decidimos irnos para la casa, la cual ya les digo es una osadía llegar.

Matagalpa, se caracteriza por tener grandes colinas y las casas se encuentran en lo alto de ellas. Y para llegar a la mía hay que subir una de las colinas mas inclinadas en la ciudad, y gracias a las cervezas y el mareo que nos provocó tomar tanta. No podíamos subir.

Parecíamos dos viejos borrachos que se caían de espalda y en ocasiones caminábamos en 4. (Me dio tanta risa escribir esto).

Esas locuras hacíamos…

Y llegó a mi casa a quedarse bien pedo (como dice la música).

Entramos calladitos, “según yo”. Nos acostamos y dormimos como dos angelitos en mi cama.

Ese maje[4] tiene una forma de dormir terrible y yo peor.

Nos pateábamos por las almohadas, las sabanas, hasta jalones de pelo. Y al día siguiente nos reíamos de eso.

Todos en mi casa se levantaron y con ánimos de salir en familia a pasear. Yo tenía miedo en el cuarto de haber llevado a Rubio y que alguno de mis hermanos le hiciera un desprecio, sin embargo me arriesgué.

Nos levantamos, en medio de las miradas invasivas de mis sobrinos y la necesidad exagerada de atención de mi mama. Salió la propuesta de que nosotros dos fuéramos también. Nos subimos al vehículo y nos fuimos a pasarla con mi familia.

El se sintió muy bien, era lo único que me importaba. Me sentía tan bien por la reacción de mi familia y la apertura que tuvieron hacia él, y hasta se quedo el fin de semana completo.

Sin embargo he tratado de privar en muchos momentos a mi familia de mis parejas, porque todavía me encuentro en ese proceso de enseñarles que las personas homosexuales también podemos conformar familias y que interactuamos responsablemente.

Bueno, lo que pasa es que yo si sueño con una familia. Mi pareja e hijas/os. Y quiero que mi familia me apoye siempre.

Todo marchaba bien…

La vida nos estaba favoreciendo en todo. Y nos planteamos hasta viajar y elevar el nivel de aventura a un punto más alto, salir del país.

Resulta que inició la convocatoria para jóvenes lideres a participar en la IV cumbre de las Américas que se realizó en Panamá. Y mi intención era aplicar y llevarlo a conocer lo bueno, conveniente y productivo que es involucrarse en la política y desarrollar el pensamiento crítico a través de conocer la vivencia de otros jóvenes.

Llené los formularios y solicité las becas para viajar al vecino país. Becas que fueron aprobadas. Felizmente viajaríamos juntos.

Mientras que se acercaba la fecha del viaje, nos fuimos  a la finca. Nos hicimos acompañar de la naturaleza y acercarnos más.

Nos dábamos placer y pensando juntos en envejecer…

Nos decíamos, vamos a continuar con alegría y felicidad.

El sexo en el rió, la tienda improvisada en el suelo del campo. Era nuestra cama. Nos acompañaba el olor de la naturaleza y los monos nos miraban. Era divertido y emocionante, siempre el peligro nos perseguía porque nos podían ver. Fue una semana agotadora.

Al terminar esa semana, corrimos a preparar maletas y viajar el día lunes hacia Managua. Íbamos para Panamá. Ya con boletos aéreos listos y la alegría de irnos. Resulta que íbamos en vuelos separados y a él le tocó viajar primero, me sentía nervioso dejarlo solo ya que era su primera vez en un viaje aéreo y eso le causaba nervios también.

Lo animé, y lo despedí en la puerta de abordaje con un beso en frente de muchas personas, diciéndole que todo estaría bien y que yo estaría pendiente de cada paso.

Fue tan mágico ese viaje…

Siempre supimos coordinarnos y comunicarnos, nuestra vivencia ya no solo era pasión, cariño. Si no, de supervivencia en un lugar con características desconocidas.

Andábamos poco dinero; Sin embargo hicimos de todo. Hicimos más amistades, salimos, bailamos, cocinábamos juntos en el apartamento y hasta paliábamos por delegarnos quien lavaría los platos y que cosas priorizaríamos cuando íbamos al súper mercado.

Conocimos Panamá, y hasta las ganas de subirnos en metro, lo cumplimos.
Fue bonito…

Era tan bonito como para ser real.

Se ha llegado el momento en el que tenemos que regresar a Nicaragua, y como siempre su salida era primero que la mía. Resulta que pasó algo inesperado para mí.

Créanme  que en este momento que estoy escribiendo esto, me dan nauseas de solo recordarlo. Es como una combinación de emociones encontradas que me da. (Enojo, decepción, nostalgia, felicidad, agradecimiento). Bueno, todo un enredo.

Teniendo en cuenta que constantemente me recuerdo que lo nuestro no tenia nombre y que se basaba dentro de lo consensuado según las expectativas y practica del “concepto de libertad”. Aun me causa ruido.

Estando él, en el aeropuerto y yo el apartamento. Logró conseguir conectarse de una red inalámbrica para obtener señal de internet, con la intención de ponerme al tanto de su regreso por cualquier complicación.

Pero no solo eso me quería decir.

Me dijo, te agradezco por cada uno de los momentos que me has regalado, te has convertido para mí en una persona muy especial, es tan grande el cariño que siento hacia vos. Y mi  reacción fue de: owwww que tierno, gracias muchas gracias.

Pero, ese (PERO) fue una acuchillada directo a mi corazón. Algo fuerte venía…

Me dijo: Siento lastima por mi novio. Si, y no puedo mentir que lo quiero muchísimo y le estoy haciendo daño con lo que estoy haciendo. Continuaré con él, pero no quiero dejarte a vos.

Haber, repasemos: (se supone que el ya no quería o no  andaba con su novio y que había terminado la relación, no?).

Pregunto: ¿Qué tipo de reacción podría tener ante esta confesión?
Mi calvario.

La frase eterna: Continuare con él, pero no quiero dejarte a vos.

1.     Créanme cuando les digo que el cariño que tengo hacia él, es muy grande.

2.     El concepto de  “amor en libertad” se fue a la chingada.

3.     Me sentí la persona más estúpida en la faz de la tierra.

4.     Quería tenerlo en frente y darle su buen golpe.

5.     Lloré con una rabia que solo estupideces se me venían a la mente.

Yo solo en el hotel, me estaba haciendo loco. Esperando con ansias mi vuelo el cual salía a eso de las 9:30 pm, me rogaba tener a mi mama abrazándome y consolándome por el dolor que sentía por andar jugando con fuego.

Corte comunicación por ese momento, me concentré en las últimas cosas que tenía que hacer en el evento y esperé la hora de mi partida.

Parecía zombi esperando en las afueras de la puerta de abordaje. Iba sin energías, iba despistado y comunicándole a mi tío que llegara por mí al aeropuerto.

Durante el vuelo me tomé una botella de Wisky en media hora y me puse los audífonos para escuchar música de “Sia”. Me emborraché y lloré sin que me diera pena, lloraba y lloraba. Regañándome y recordándome que esto no debería de haber pasado de nuevo.
Se vinieron días de tristeza y desolación, aunque no corté comunicación con él. Pensó que yo había asimilado la noticia de una manera positiva y que estaba dispuesto a aceptar que el regresara con su novio y andar con migo a la vez.

No sé si realmente quería aceptar esa propuesta, no soportaba la idea de llamar lo nuestro con un “nombre” peor con uno que me tocara el (ego) uno que de alguna manera me posicionara en un segundo plano.

Se me hacía difícil pensar que siempre viviría en la clandestinidad, (cuando yo era más visible que su verdadero novio y su novio era el único que no se daba cuenta). Lo hablamos y acepté, lo acepte en medio de la confusión y el dolor que llevaba en mi pecho, con miedo de perderlo para siempre.

Este último mes a la fecha, me siento mal. Tan mal que este escrito me gustaría  hacerlo llegar a ellos dos.

Poniendo en evidencia que “Compartir” no se puede. Que el amor se convierte en decepción, y casi progresivamente en odio.  Lo haría para complacer mi sed de venganza, lo quiero hacer. Pero no puedo ser tan cruel.

Por segunda vez, lo sufrí…

Intente reflexionar sobre la noticia y considerando el estado de él, en una posición doblemente dolorosa.

El nos quiere a los dos, o por lo menos a mi me quiere.

Y a él lo ama.

Es por eso que…

Me dije, ¿Por qué estas sufriendo? ¡Si la idea de darte esta nueva oportunidad de querer a alguien es sobre cómo aprender a amar sin ataduras!

Ha sido un dolor de cabeza luchar con ese sentimiento de pertenencia hasta el día de hoy, ha sido tan cansado aguantar tantas noches de insomnio con mucha rabia. Pero me estoy acercándome a la tranquilidad poco a poco.

A diario hablamos y a diario nos recordamos que nos queremos muchísimo, nos hemos prometido no dejar de vernos. Nos hemos prometido continuar juntos, en todos los sentidos.

Después de un proceso de reflexión y terapias de relajación tratando de tener paz interna, en compañía y apoyo de una profesional. He decidido dar un veredicto a esta situación.

Un veredicto que me gustaría que el señor Rubio respetara, una decisión que me duele pensando no solamente en mi bienestar. Si no, también, en la pareja de él.
El, que lamentablemente se mantiene dentro de lo que culturalmente hemos conocido en el mundo de las relaciones tradicionales de “dos” y que no es mi intención dañarlo.

Decido:

Considerar a esta persona como un conocido más, que de alguna u otra manera compartimos en esta vida infinita de experiencias.

Reduciré a su máxima expresión la comunicación hasta desvincularme enérgicamente y sin darme cuenta.

Seré un amigo más, ya que sus intimidades no me interesan. Más cuando me cuenta situaciones de aventuras y de cortejo con otras personas que no necesariamente es su novio.

Soy una persona que ama con intensidad, se entrega en cuerpo y alma cuando alguien me interesa.

Soy tradicional y monógamo, pero lo más bonito de esto. Es que pude vivenciar y conocer el mundo de la libertad con un aprendizaje completo y natural. Con sus encantadoras seducciones, riesgos, aventuras, celos injustificables, traición, decepción, egoísmo, cariño, apego y sinceridad.

Ofrezco mi amistad, si no la quiere. Tranquilo, sabremos vivir el uno sin el otro.

Fin 



¡Y no vivieron felices por siempre! 


¡Love u gordo!





[1] Análisis de la percepción occidental sobre el amor, Wikipedia.
[2] Llanto, llorar intensamente.
[3] Jerga nicaragüense, significa Joven.
[4] Vocabulario popular juvenil Nicaragüense para hacer referencia: al joven.

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