Me Dicen Llorona.
Desamor, ansiedad, soledad, exilio, se
fueron los amigos.
La ansiedad está presente.
Los días de mi vivencia en el exilio han sido tan re-afirmadores y de
auto reconocimiento profundo en búsqueda de que quien soy realmente. Para bien
y para mal.
Siempre he estado solo, con amigos limitados. Más amistades por interés
que por otra cosa, pagando las cuentas, animando las
fiestas, buscando ayuda para ellos y motivándolos a ser alguien o
aguantando las humillaciones para ser o pertenecer.
De mí se ríen por “haberme sacado dinero” por qué logramos cascar una
vez más al Bayardo baboso. Y esto, no solo con mis amistades, me pasa
terriblemente en las relaciones “afectivas y amorosas” porque el Bayardo es
cortés, amoroso, solidario y cariñoso.
Que cansado, que triste y que indignante verme hoy al espejo. Es como si
yo mismo me esté gritando desde el otro lado del vidrio. Viéndome tan patético
llorar por que el miedo me invade al sentirme que estoy solo. Todo
esto me pasa por haberme permitido conocer gente y hacer grupo más de lo que
siempre fue mí regla de socialización.
Desde que recuerdo estuve apartado, por miedo al desprecio. De niño en
el recreo me iba a comprar al quiosco de la escuela y comía solo, jugaba con
mis juegos de mesa que me compraba mi mami, yo ahí que para los niños era
incomprensible e inconcebible verme jugar Yack, con mis muñecas o dibujar
paisajes y colores. Pero estaba mi mama pendiente.
Desde ahí, he cultivado un escudo protector que hoy en día después de la
aprensión ilegal por el régimen de Ortega y Murillo me han arrebatado dándome
volteretas, golpes, humillaciones dejando a la intemperie a mi mente desnuda,
en búsqueda urgente de abrazos, compañía y protección de la cuál necesito en el
exilio y peor aún con mi madre lejos, mi única fuente de armonía, amor
verdadero.
Me han dicho “el llorón”.
Cada vez que he tomado alcohol me pongo a llorar y mis compañeros no lo
entienden. Por los recuerdos que andan vagando después de que mi subconsciente
se abrió dejando expuestas imágenes de todos los abusos sexuales que he vivido,
las humillaciones y la discriminación a lo largo de mi existencia.
Llorando por cada uno de los desprendimientos de quienes eran mis amigos
y uno en específico con quien nos comprometimos a cuidarnos mutuamente. En lo emocional, económico acuerpándonos para poder sobrevivir a esta migración
forzada en un país nuevo, con los traumas de la represión del pasado
2018.
Hoy después de la última agresión por "no hacer un favor de planchar una
camisa" vino a mí la necesidad de verme al espejo y reflexionar sobre lo que está
pasando y plasmarlo en este escrito.
Y apareció el Bayardo con su ser luminoso, con su ser poderoso,
misterioso. Con cara de ternura de nuevo en el espejo, deleitándome de lo
hermoso que soy, lo valiente, fuerte ser que la madre
naturaleza puso aquí, por medio de mi madre biológica.
Con un grito con fuerza pude despertar reconociendo todos los errores
que he cometido intencionalmente por olvidar quien soy realmente. No es para
menos, me han asaltado psicológicamente y físicamente de nuevo. Pero estoy
reaccionando, estoy despertando al Bayardo humano y activista que dormía.
Voy a encerrar de nuevo al ser amistoso.
Primero voy a gradecer a quienes llegaron a mi corazón en esta etapa y
despedirme a la vez. A quienes volaron en mi interior.
Ahora, en frente del espejo en mi
ejercicio reafirmador me muevo de lado a lado como cuando iba a la iglesia
evangélica, con música medicinal, atendiéndome. Agradeciendo la amistad, por
esta hermosa claridad, por la confianza y la luz que ven mis ojos hoy en día.
Esa, que intrínsecamente me cuesta mantener permanente por los constantes
pensamientos suicidas que invaden mi mente irracional. Con mis movimientos
aprovecho las vibraciones que genera mi cuerpo para abrazarme eternamente.
Me quedo con lo bueno de todo el daño que me hicieron. Me quedo con los
regaños, con los rechazos, las burlas, las agresiones psicológicas, con la
envidia, con el abandono para recordarme que debo de amarme a mí mismo.
¡Ves que me ha servido y me han ayudado!
Ahora solo me queda continuar sin esperar que se sientan mal, (yo aún de
considerado). Consciente de que a nadie le puedo exigir atención, que cada
quien tiene su propia vida que atender y sus propios gastos que solventar.
Ahora a trabajarme,
reorganizarme, desprender, soltar y continuar.
<3 <3
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